viernes, 23 de mayo de 2014

Denuncia ante el Ministerio Público

Martes 15 de abril de 2014

Soy agredida con premeditación, alevosía y agavillamiento por Jeniffer Parraga, su hija Angelí Parraga y Adrían José Casolo Chiquito. Asediaron mi casa y a mi persona por más de una hora, hasta que Angelí Parraga y su marido Adrián Casolo le cubrían las espaldas, armados de palo y pala respectivamente. Dado que son bebedores y fumadores  habituales supongo que estarían bajo los efectos de drogas licitas e ilícitas. Despues de ser golpeada tomé las llaves para ir a la Policía a poner la denuncia. Jeniffer Parraga y su hija Angelí Parraga , armadas de palo y pala, me cerraron el paso. Jeniffer Parraga, me amenazó: No vas a salir de aquí. Yo le grité: Pégame ahora con el palo, vamos dame un palazo. Se quitó del camino, para volver a amenazarme: Si sales no vas a entrar. Me llevé el candado del portón. La Policía de Naguanagua, ubicada en la Carretera Nacional, frente a la Urbanización El Chaguaramal, me remitió al ambulatorio Dr. Miguel  Franco. Anexo constancia de examen físico. Regresé a poner la denuncia y me informaron que no podían tomarla porque habían disturbios en Mañongo y el personal se encontraba abocado a esa tarea.
Me invitaron a dirigirme a la Policía de Carabobo, estación policial Naguanagua.
Desde el mes de diciembre de 2013,vivo en el anexo de la casa de mi padre José Manuel Hermoso González, ubicada en Colinas de Girardot II, calle El Manantial, casa n° 161 (La Casita).  Jeniffer Parraga vive en la casa de acuerdo a Comodato acordado con mi padre, a cambio del cuidado de la misma.  Durante los meses de diciembre, enero y febrero , me dediqué a la limpieza del terreno y a pintar el muro perimetral y la fachada, sin problemas con Jeniffer Parraga, su marido Adrian Casolo, ni su hija Angelí Parraga. A partir de 3 de marzo comenzaron los problemas, cuando la conducta de estas personas cambió de forma radical, pasaron del bajo perfil: entradas y salidas silenciosas, de presencia apenas perceptible a una conducta expansiva. Música a todo volumen, consumo de alcohol y cigarrillo en las áreas comunes , problemas con el portón, con las reparaciones que hice a la casa, etc. Yo le expliqué a Jeniffer Parraga que debía ir buscando a donde mudarse, puesto que ya mi padre no necesitaba de sus servicios, pero ella se negó en redondo a esta idea. Adrián Casolo, con quien no media ningún acuerdo, llegó a decrime que de aquí, no lo saca ni la Guardia Nacional. Dejando en claro, su pretensión de quedarse con la propiedad  de un modo arbitrario y violento.
En reunión sostenida entre Jeniffer Parraga, mi padre José Manuel Hermoso Gonzalez, profesor jubilado de la Universidad de Carabobo, historiador y escritor activo, que vive entre España y Venezuela, y yo, acordamos que en lo sucesivo el patio de la casa pasaría del uso que Jeniffer le daba, una especie de Club Privado a un huerto bajo mi cuidado. Acuerdo que al día siguiente cuando Jeniffer Parraga se apropió de la manguera de riego, de  uso común, ubicada a un costado de la casa. En mi labor de encargada del huerto, limpié un área del patio donde Jeniffer Parraga tenía unos ladrillos y unas cajas. Esta acción fue la que motivó la arremetida violenta contra mi persona del día martes 15 de abril de2014.
Al día siguiente miércoles 16 me dirigí a este Ministerio Público,  me remitieron al CICPC de Las Acacias, que allí me atenderían, allí se negaron a hacerlo y me remitieron de nuevo al Ministerio Público, donde me explicaron que habían fumigado y por ello dado el día libre a sus empleados, que volviera al día siguiente a las 9 am. Y así fue. El jueves 17 de abril de 2014, la Fiscal Auxiliar  Séptima Abog. Hortencia López , de turno,  me recibió la denuncia y me extendió el oficio CA-08-F7 (Anexo) para Reconocimiento Médico Forense.
La tarde del martes 16, puse la denuncia ante la oficina de resolución de conflictos de la  Policía de Carabobo, Estación Naguanagua. Acordamos una cita para día jueves 24 de abril de 2014. Ellos se encargarían de citar a los agresores.
El día sábado 20  de abril, Jeniffer Parraga , su marido Adrian Casolo y una pareja de invitados comenzaron su ingesta alcohólica a tempranas horas de la mañana,  como a las dos de la tarde continuaron las agresiones . Jeniffer Parraga en evidente estado de ebriedad, me gritó en la puerta de mi casa: Julie no te hagas la loca, sal de allí. Esto lo repitió en varias oportunidades, como sólo los borrachos, drogados, saben hacerlo. Para evitar una nueva agresión, tomé mi bicicleta y me dirigí a la  Estación Policial Naguanagua. Me aconsejaron dormir fuera para evitar la agresión de lo beodos y me acompañaron para retirar una muda. El domingo  21, volvieron a repetir la ingesta hasta entrada la noche. Ignoraron mi presencia.
El jueves 24 de abril previo a la  reunión sostenida en la oficina de  resolución de conflictos, de la Policía de Carabobo, se me entregó citación de parte de la Oficina para el Buen Vivir, ubicada frente a Ipostel  Naguanagua, para el día lunes 28 de abril a las 10 am. Ante la Oficina de resolución de Conflictos de la Policía de Carabobo, Jeniffer Parraga, Engelí Parraga , Adrian Casolo  y mi persona, firmamos acuerdo de no agresión y respecto a los artículos  1, 8,43, 44 y 45 de la Gaceta Municipal de Naguanagua.  Cuando volví a mi casa, en horas de la tarde, después de trabajar, me encontré con que los agresores la  habían entrado a un área del anexo, cerrara simbólicamente por una reja provisional, tomaron la bolsa de basura y la esparcieron por el lugar.
El lunes 28 de abril volvimos a reunirnos, Jeniffer Parraga y mi persona,ahora ante la Oficina para el Buen Vivir, a la hora citada. Después de una larga conversación en la que se trató de hacer entender a Jeniffer Parraga que ella es  inquilina y no la propietaria, que debe someterse a lo acordado con el propietario, mi padre José Manuel Hermoso González,  en relación al uso del terreno . También se le sugirió buscar un  nuevo lugar para vivir, ella sostiene tener casa propia, como una manera de terminar el conflicto de forma permanente, dado las diferencias agudas de criterios en relación a los modos de vivir. Firmamos nuevo acuerdo de convivencia y de no agresión. Cuando regresé a casa del trabajo, en horas de la tarde, me encontré con que nuevamente habían entrado al anexo y esta vez se llevaron un paquete de avena.

El martes 28 de abril, al regresar de trabajar me encontré con notas, anexas, pegadas al portón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario